En una nota reciente a los clientes, JPMorgan (NYSE:JPM) profundizó en la relación entre el crecimiento económico y la rentabilidad de las acciones a largo plazo, centrándose en los mercados desarrollados (MD) y los mercados emergentes (ME).
En los mercados desarrollados (MD), JPMorgan encuentra un vínculo claro entre el crecimiento económico y la rentabilidad de las acciones. Un aumento del 1% en el crecimiento real a largo plazo se asocia con aproximadamente un 3% más de rendimiento de las acciones en promedio.
Este impulso proviene principalmente de un mayor crecimiento de las ganancias, con contribuciones adicionales de la apreciación y la apreciación de la moneda.
"Aproximadamente la mitad del impacto de un mayor crecimiento de los MD en la rentabilidad proviene de un mayor crecimiento de las ganancias", dice JPMorgan. "Un poco menos de la mitad proviene de valoraciones más altas. El resto proviene de la apreciación del tipo de cambio".
Sin embargo, los mercados emergentes cuentan una historia diferente. Aquí, la conexión entre el crecimiento económico y el desempeño bursátil es mucho más débil. JPMorgan destaca que muchos mercados de valores de los mercados emergentes no están tan estrechamente vinculados a sus economías nacionales como los de los mercados desarrollados.
Por ejemplo, las capitalizaciones bursátiles en los mercados emergentes suelen ser solo una fracción del PIB, en comparación con una proporción mucho mayor en los países desarrollados. Como resultado, la investigación de JPMorgan no encuentra "ninguna relación entre el crecimiento previsto y los rendimientos reales" en los mercados emergentes, desafiando la suposición de que las economías de más rápido crecimiento deberían generar mejores rendimientos en el mercado de valores.
El informe también aborda los desafíos prácticos que plantea el uso del crecimiento económico como predictor de la rentabilidad de las acciones. Es notoriamente difícil hacer pronósticos de crecimiento a largo plazo con precisión, y JPMorgan señala que a menudo existe una diferencia significativa entre el crecimiento previsto y los rendimientos reales.
"No vemos ninguna relación entre el crecimiento previsto y los rendimientos reales. Los rendimientos reales tampoco tienen relación con el crecimiento pasado reciente", subraya el informe.
A pesar de esto, el banco sugiere que los inversores con fuertes creencias sobre las perspectivas de crecimiento de un país específico aún pueden considerar incorporar estos puntos de vista en sus estrategias de inversión, aunque entendiendo los riesgos involucrados.
El análisis de JPMorgan destaca que si bien el crecimiento económico puede ser un indicador útil en los mercados desarrollados, está lejos de ser un predictor garantizado del desempeño de las acciones, especialmente en los mercados emergentes.
Lo fundamental para los inversores es abordar las previsiones de crecimiento con cautela y tener en cuenta los factores más amplios que impulsan la rentabilidad del mercado.
"Teniendo en cuenta las dificultades de predecir el crecimiento a largo plazo, los resultados sugieren que aún sería razonable que un inversor incorpore cualquier visión de alta convicción sobre el crecimiento o las diferencias de crecimiento en su proceso de asignación de activos".
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